23 de mayo de 2015

Los colores de los personajes

QUÉ HEMOS TENIDO EN CUENTA EN LA PREMEDITACIÓN DE NUESTROS PERSONAJES

El color es el elemento esencial que define la pintura. En la gama cromática se distingue entre colores cálidos (rojo, naranja y amarillo) y fríos (verde, azul y violeta). Los primeros son vigorosos, penetrantes, y se relacionan con el sol o con la luz solar y con la alegría; los segundos son calmantes, serenos, característicos de las aguas y del mundo vegetal. Pero los colores no actúan sólo sobre la sensibilidad, también, ayudan a modificar el espacio ópticamente: los cálidos agrandan los objetos y los aproximan al espectador; los fríos los alejan y los hacen más pequeños. No obstante, los colores no se encuentran nunca aislados, ni en la naturaleza ni en el arte, y la sabiduría del pintor consiste en saberlos combinar.


El estudio de la naturaleza del color no fue llevado a cabo hasta el siglo XVII, cuando Newton consiguió, mediante prismas ópticos, la descomposición de la luz solar en su espectro (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y violeta) y su recomposición mediante un segundo prisma. Tomando tres colores simples del espectro de forma adecuada (colores primarios) y mezclándolos en las necesarias proporciones, se puede reproducir cualquier otro color. En pintura se eligen como primarios el rojo, el amarillo y el azul (magenta, amarillo y cyan), mientras que en óptica se toman el rojo, el azul y el verde.


En la definición de un color se tienen en cuenta diversos términos, como el matiz, que depende de la longitud de onda de la radiación; la luminosidad, que da cuenta de la intensidad luminosa; y la saturación, que corresponde al porcentaje de matiz de un color comparado con una sensación neutra (blanca o gris).


La superposición de todos los colores puros da lugar al blanco, mientras que la ausencia de toda radiación visible produce el negro. El color con que se ve un cuerpo opaco es resultado de la luz reflejada por el mismo y tiene dos componentes: una reflexión especular o superficial y una reflexión difusa, que se origina por la penetración de la radiación en el cuerpo y su parcial absorción.



El color del personaje tiene como finalidad la definición de su identidad y, por tanto, la puntualización de sus cualidades. Además, la luz y el color del entorno también determinan la historia, que ha de ser contextualizada ya que depende de las coyunturas social, cultural y temporal.





Para crear nuestros personajes, tanto la forma de las máscaras como los colores utilizados para las mismas, hemos tenido en cuenta estas dos preguntas.

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