La
segunda guerra mundial introdujo numerosos cambios en el mundo del arte. Así
pues, París dejó de ser el centro de la vanguardia artística y Nueva York se
convirtió en la capital indiscutible del arte mundial.
Después
de la ruptura con el arte tradicional en la primera mitad del siglo XX, entre
1945 y 1968 surgieron las denominadas “segundas vanguardias”, que se
convirtieron en generadoras incesantes de experimentaciones técnicas y
estéticas; para volver a partir de las década de 1970 al resurgimiento de los
“ismos” anteriores con las tendencias posmodernistas.
A
grandes rasgos, en la segunda mitad del siglo XX, podemos hablar de
informalismo, que enfatizó los valores de la materia pictórica; de abstracción;
de figuración, y de tendencias conceptuales, donde predominó la idea sobre el
objeto artístico clásico.
Tendencias
abstractas
A
partir de la década de 1950, en Europa y en Estados Unidos se produjeron
numerosos movimientos abstractos, entre los que destacan el expresionismo
abstracto, el informalismo, la nueva abstracción, el op-art y el arte cinético,
entre muchos otros.
El
expresionismo abstracto
La
llegada de los artistas emigrados europeos a los Estados Unidos causó una
profunda renovación en el arte americano. Así pues, artistas extranjeros,
especialmente Hans Hofmann y Arshile Gorky, aportaron una nueva vitalidad, de
la que surgió una escuela norteamericana propia y de proyección internacional,
impulsada por mecenas ricos, museos y universidades.
En
1945, en la galería Arts of this Century, se celebró una exposición donde
participaron surrealistas como Miró y Masson; pintores como Hans Hofmann,
Arshil Gorky, Jackson Polloch y Mark Rotko (Sacrificio), ni más ni menos que el
núcleo del expresionismo abstracto. Entre 1942 y 1956, los pintores presentes
en la exposición, juntamente con Robert Motherwell, Willen de Kooning, Barnett
Newman y Clyfford Still, formaron la escuela de Nueva York, más conocida como
expresionismo abstracto.
Este
grupo nunca formó un movimiento uniforme. Pero el espíritu de rebelión y de
libertad creativa se concretó en algunas características comunes, como el uso
de grandes formatos, más próximos a los murales que al cuadro de caballete; el
énfasis en el proceso pictórico; la valoración de la impresión de conjunto por
encima de la preocupación por la profundidad, y la utilización del color de una
manera rotunda. Dentro de este movimiento se distinguen dos tendencias
fundamentales: la action painting y la color field abstraction.
La action painting
La action painting significa pintura de acción, y el nombre
dado por el crítico Harold Rosenberg a una forma de pintura gestual que se
desarrolló en E.U.A. a partir de 1945, y que constituye la primera
manifestación de un arte expresionista abstracto típicamente estadounidense.
Los tres grandes maestros de esta corriente, relacionada con
el desarrollo de la escuela de Nueva York, son: Franz Kline, que traza con
brocha grandes bandas negras; Willem de Kooning, cuyas violentas obras están
adrede sobrecargadas, y Jackson Pollock (La luna, una mujer corta el círculo),
que utiliza la técnica del dripping; es decir, del color que chorrea desde lo
alto sobre la tela, del goteo o de las salpicaduras (es equivalente al tachismo
francés). Los grandes méritos de la action painting consisten en haber hecho
que una civilización nueva se descubriera a sí misma y en haber convertido
Nueva York en capital mundial del arte.
La color
field abstraction
Artistas como Mark Rothko, Clifford Still y Barnett Newman
propusieron un arte más elaborado e intimista, la color field abstraction, que
encontró su expresión ideal en la explotación del color en lugar del gesto.
Estos artistas tendieron a una abstracción más pura y rigurosa, mediante el
desarrollo del espacio lírico en grandes formatos y campos de color de
superficies lisas.
El informalismo
Tendencia artística, en especial pictórica, desarrollada en
la década de 1950 en Europa, paralelamente al expresionismo abstracto
norteamericano. Bajo este término, definido y teorizado por M. Tapié en 1951,
se aúnan diversas experiencias caracterizadas por la ausencia de cualquier
intención figurativa, la renuncia a estructuras la obra según una articulación
de formas definidas, la reducción del valor expresivo de la obra al tratamiento
efectuado sobre la materia y el alejamiento de la abstracción geométrica. Este
interés por la materia pictórica se tradujo en empastes gruesos, mezclas
espesas de varios materiales y la acumulación de materiales pegados sobre el
soporte.
El informalismo dio lugar a varias tendencias: la matierista, la gestual, la tachista y la espacialista.
- El matierismo expresa su vitalidad a través de los materiales empleados. Los artistas más importantes de esta tendencia son Jean Dubuffett, Tàpies, Millares, Jean Fautrier (Otages). Autores de unas superficies gruesas realizadas con todo tipo de materiales, como arena, madera, tierra, betún, etc.
- La pintura gestual, cuyo valor comunicativo se centra en el “gesto” del artista al pintar. El artista más destacado de esta tendencia fue Hans Hartung. En su obra predominan las líneas caligráficas y un cromatismo restringido que resalta los gestos de las pinceladas. Otros artistas importantes de este grupo fueron Georges Mathieu, que utilizó la técnica del dripping, y Antonio Saura, más cercano al expresionismo abstracto norteamericano.
- El tachismo es una tendencia de la pintura abstracta e informal nacida en París en 1954, caracterizada por la utilización de manchas y de chorreaduras de pintura. Wols fue uno de los precursores del tachismo.
- El espacialismo surgió en Milán hacia 1946, y tiene su punto de partida en los siete manifiestos publicados por Lucio Fontana entre 1947 y 1953. A partir de algunas premisas del futurismo, y con la finalidad de crear emociones cromáticas y plásticas proyectadas en el espacio, se propuso la renovación del lenguaje de la pintura y de la escultura, a fin de adecuarlos a las conquistas del progreso científico. El espacialismo se caracteriza por el papel fundamental concedido al espacio en blanco, considerado en sí mismo como vacío. El único elemento pictórico formal está constituido por perforaciones, cortes o hendiduras realizadas sobre la tela. Se adscribieron a la poética del espacialismo artistas como G. Dova, C. Peverelli, S. Dangelo, V. Guidi, E. Bacci o G. Morandi.
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