Que no apareciesen entradas en nuestros blogs
sobre nuestro proyecto educativo fue algo premeditado. Se trataba de un
proyecto tan duro de llevar a cabo
con los niños que, por una parte, estábamos convencidas de que era algo
necesario de enseñar en las aulas y soñábamos con ponerlo en práctica pero, por
otro, teníamos mucho miedo de fracasar.
Por este motivo, decidimos ir elaborando
nuestras entradas a medida que realizábamos el proyecto pero no publicarlas
hasta que comprobásemos el efecto del mismo. Ahora que ya lo hemos puesto en
práctica, sabemos con certeza que funciona
y que llega a los corazones de los
alumnos que en él participan.
Por ello, es hora de comenzar presentando
nuestra nueva historia. Del cuento de los hermanos Grim que me tocó a mí, La
doncella sin manos, como dije en una entrada anterior, no extrajimos lo
bueno sino aquello que, siendo terrible, podía percibirse a lo largo de todo un
relato destinado a niños: la violencia
contra la mujer.
Al ser esto lo más destacable en el cuento,
creímos que no debíamos hacer una historia en tercera persona porque no llega
del mismo modo a quien la escucha que si se trata de una historia en primera persona. En este caso, cada uno podemos
ponernos en la piel de los personajes y más si escuchamos una voz en off que
nos va contando su propia historia de vida. Decidimos entonces hacer un guión real que nos llevó después a la
elaboración de un cortometraje.
A continuación se presentan el guión y las
características de cada personaje.
ESCENA 1
Transcurre el año 1979. España ha salido de una
dictadura que ha durado más de 35 años. En el barrio salmantino de La
Prosperidad vive Genaro con su familia. Su padre es un hombre muy rudo y con
ideas tradicionales. Hoy es el día de fin de curso y a Genaro le han entregado
sus notas.
En escena aparece Ernesto,
el padre, un hombre de unos 45 años de edad. Se encuentra sentado en el sofá
leyendo La Gaceta. De pronto, entra Genaro, el hijo, de 9 años de edad. En sus
manos trae el boletín de notas.
GENARO.- (Temblando)
Hola papá. Me han dado las notas. Toma.
ERNESTO.- (Agresivo)
A ver qué notas has traído esta vez cazurro, con lo inútil que eres… (Lee el boletín y reacciona aún con más
violencia dándole una colleja) ¿Pero qué notas son estas? (Otra colleja) Gandul, que eres un
gandul (Otra colleja) ¿No te da
vergüenza? (Otra colleja) Si bien decía
yo que eres igual de burro que tu madre.
GENARO.- (Gimotea, agacha la cabeza y se pone las
manos en la coronilla para defenderse de las collejas de su padre).
ERNESTO.-
¡Fuera de mi vista!
(Ernesto se sienta en el sofá y sigue leyendo el
periódico como si no hubiera pasado nada. Genaro se va muy triste)
ESCENA 2
Estamos en 1994. Carmen y yo somos amigas desde la
infancia. Carmen tiene 19 años y yo, tengo 17. Ambas somos muy alegres y simpáticas
y nos encanta pasarnos las tardes cantando juntas.
María y Carmen están
sentadas en un banco en la Plaza de las Aguas pasando la tarde y cantando una
canción de Los Pecos (Háblame de ti).
CARMEN.- A ver tía cuéntame…
MARÍA.- Pero ¿qué quieres que te cuente?
CARMEN.- Si tía, no te hagas la tonta, qué lo sabes
muy bien. (Con picardía) Tú estás
enamorada tía…
MARÍA.- Y tú estás tonta, ¿enamorada yo?
CARMEN.- Sí, sí, no disimules.
MARÍA.- Vale, venga tía, te lo cuento. Pero,
prométeme que no vas a decir nada ¡eh! (En
voz baja) Me gusta Genaro.
(Carmen canta la “Se te
nota en la mirada”)
ESCENA 3
Tres años después, Genaro y yo paseamos por la calle
cogidos de la mano.
Genaro y María pasean,
se acarician, charlan...
MARÍA.- A ver amor mío, ¿qué es eso tan importante
que me tienes que decir?
GENARO.- Espera, no seas impaciente mujer.
MARÍA.- ¡Venga que me tienes intrigada!
GENARO.- Vale… pero te tienes que tapar los ojos.
MARÍA.- (Con
picardía) Pero ¿para qué?
GENARO.- Tú tápate los ojos.
MARÍA.- (Tapándose
los ojos y con voz de niña) ¡Ya!
GENARO.- (Saca
del bolsillo el anillo) ¡Ya puedes abrir los ojos!
MARÍA.- (Se
lleva las manos a la boca sorprendida)
GENARO.- (Le
coge la mano y le pone el anillo) ¿Te quieres casar conmigo?
ESCENA 4
El verano de agosto de 1997 Genaro y yo volvemos muy
felices de nuestra Luna de Miel en Mallorca.
Los dos van cogidos de
la mano, charlando sobre sus vacaciones.
MARÍA.- ¡Ay Genaro qué bien lo hemos pasado! ¡Cómo
me ha gustado conocer el mar!
GENARO.- No te preocupes mi amor, te llevaré muchas
más veces.
MARÍA.- ¡Qué bueno eres Genaro! ¡No existe otro
hombre como tú!
GENARO.- No seas tonta mi vida. Tú te lo mereces
todo.
MARÍA.- Espera cariño que te ayudo con la puerta.
ESCENA 5
Ha pasado un año desde mi boda con Genaro. Él está
en el trabajo y yo he recibido la visita de Ángel y Carmen, mis dos amigos de
la infancia.
CARMEN.- ¿Qué tal mi niña? ¡Qué no sabemos nada de
ti mujer! (Tocándole las manos) ¿Te
pasa algo? ¿No te veo muy buena cara?
MARÍA.- He dormido un poco mal, no te preocupes.
Aquí… ya sabes… a las tareas de ama de casa.
ÁNGEL.- Entonces… Es verdad eso que dicen de que la
vida te cambia cuando te casas.
MARÍA.- ¡No sabes cuánto Ángel! Yo que siendo
secretaria soñaba con convertirme en una alta ejecutiva y ahora… aquí me veo…
planchando camisas y entre pucheros.
CARMEN.- Entonces, ¿ya no trabajas en la oficina? ¿Y
eso por qué?
MARÍA.- Porque me ha obligado mi marido. Dice que él
es el hombre y él es quien tiene que traer el dinero a casa.
ÁNGEL.- ¿Y tú qué piensas? ¿Estás de acuerdo?
(María se queda callada
y pensativa)
CARMEN.- Pero María… ¿qué te pasa? ¿No irás a
llorar? Venga tonta, dinos que pasa, confía en nosotros.
MARÍA.- (Flash
Back) Pues un día estaba yo planchando cuando Genaro volvió del trabajo muy
tarde y un poco bebido y me lo soltó. Me dijo que ya no podía trabajar más porque
las mujeres casadas tenemos que quedarnos en casa. (Volviendo
a la actualidad) En ese momento no lo entendí, incluso pensé que me lo dijo
porque había bebido un poco y no le di importancia. (Flash Back) Por eso, se me ocurrió decirle que yo también podía
trabajar igual que él. Entonces me apretó fuerte el brazo y me gritó ¡tú harás
lo que yo te diga! Y se fue.
ÁNGEL.- (Volviendo
a la actualidad) ¿Y qué hiciste? ¿Pasó algo más?
MARÍA.- A la mañana siguiente, como siempre me fui a
trabajar. Y cuando volví (Flash Back) Genaro
me estaba esperando sentado en el sofá con cara de pocos amigos…
(Flash Back)
GENARO.- ¿De
dónde te crees que vienes?
MARÍA.- (Con
miedo) De trabajar…
GENARO.- ¿Y así vestida?
MARÍA.- ¿Y qué problema hay cariño? Si siempre voy
así.
GENARO.- Pues vas a dejar de ir así y de trabajar,
las dos cosas. (Mientras Genaro se va
acercando, María va arrinconándose). Sí, sí, no me mires así. ¿No ves que
vas vestida como una guarra? Además, ¿no te dije ayer que yo soy el que gano el
dinero y que tú solo sirves para fregar?
MARÍA.- Genaro por favor, no me grites, no me
insultes…
GENARO.- ¿Cómo quieres que no te grite? Si vas
vestida como una furcia ¿Qué quieres, provocarme? (La empuja contra la pared y la coge por el cuello, de repente se da
cuenta de lo que ha hecho: flash back pesadillas de cuando era niño. Se va
arrepentido).
(MARÍA se agacha apoyada
en la pared llorando)
(Volviendo a la
actualidad)
ÁNGEL.- ¿Pero cómo no nos has contado esto antes?
¿Tú familia tampoco sabe nada?
MARÍA.- Iros, iros por favor que va a llegar, ya
viene de trabajar, que acabo de escuchar el coche.
ESCENA 6
GENARO.- ¿Se puede saber que hacían estos dos aquí?
MARÍA.- ¿Qué dos? No sé de qué me hablas.
GENARO.- No te hagas la tonta, aunque eso es lo que
eres. Encima de guarra, mentirosa.
MARÍA.- Genaro, te juro que llevo toda la mañana
sola, no te enfades por favor.
GENARO.- ¡Qué no me mientas! (empujón), ¿te crees que soy tonto? (empujón y ella se cae al suelo) ¡Qué los he visto salir! (patada en la tripa) No eres más que una
fulana. No quiero que los vuelvas a ver. ¿No les habrás contado nada, inútil?
¡Cómo les hayas contado algo te juro que te…!
ESCENA 7
Han pasado unas semanas desde la última visita de
Carmen y Ángel. Ambos se quedaron muy preocupados por la situación que yo
estaba viviendo. Por ello, han decidido volver a verme, a pesar de la oposición
de Genaro. Los dos están decididos a ayudarme.
Los tres están de nuevo en
la mesa del salón tomando café.
ÁNGEL.- ¿Cómo te encuentras María? Nos dejaste muy
preocupados la última vez y como no contestas a nuestras llamadas hemos
decidido venir.
MARÍA.- (Con
mucho miedo) No teníais que haberlo hecho, como Genaro se entere…
CARMEN.- (Enfadada)
¿Cómo se entere qué? ¿Te ha amenazado? No es tu dueño.
MARÍA.- Pero es mi marido y no quiere que estéis
aquí.
ÁNGEL.- ¿Tú tampoco quieres?
MARÍA.- Me encanta veros, sois mis amigos, pero si
él se entera volverá a pegarme y estoy cansada.
ÁNGEL.- Carmen, creo que es el momento de contarle a
María lo que te pasó a ti.
CARMEN.- ¿Recuerdas cuándo yo empecé a salir con
Adolfo? También dejé de veros, me distancié de mi familia y apenas salía de
casa. Sufrí tanto que me cansé y decidí pedir ayuda. Hablé con mis padres y con
Ángel sin que Adolfo se enterase. Fueron ellos los que me hicieron abrir los
ojos. Desde ese día soy feliz y no permito que nadie domine mi vida. No te
dejes vencer, no estás sola. Déjanos ayudarte, por favor.
ESCENA 8
Genaro vuelve a casa
después del trabajo. Los tres amigos estaban tan centrados en su conservación
que no lo oyeron llegar.
GENARO.- (Fuera
de sí, Genaro va a agarrar por el brazo a María) ¿Qué carajo hacen estos
mierdas aquí?
ÁNGEL.- (Se
interpone impidiendo que Genaro haga daño a MARÍA) ¡Hasta aquí hemos
llegado Genaro!
GENARO.- Tú no te metas niñato. ¿Quién te crees que
eres para meterte entre mi mujer y yo?
ÁNGEL.- ¿Y tú quien te crees que eres para
maltratarla así? Que seas su marido no te da derecho. No es un objeto, no es de
tu propiedad. Su vida no te pertenece.
MARÍA.- Basta ya. Tienen razón ¡hasta aquí hemos
llegado!
CARMEN.- Venga María, te ayudo a recoger tus cosas.
GENARO.- No se te ocurra salir por esa puerta ¡eh!
ÁNGEL.- ¿O qué? ¿La estás amenazando? María se viene
con nosotros. Por fin se ha dado cuenta y ya no decidirás nunca más por ella.
Tú no eres un hombre, eres un maltratador.
ESCENA 9
(Canción María se bebe
las calles)
Unos meses más tarde, los tres amigos estamos juntos
como siempre. Reímos y disfrutamos mucho.
ÁNGEL.- ¡Me encanta volver a verte sonreír!